Cayó uno de los asesinos del remisero en Varela

Después de casi un año de silencio, vigilancia encubierta y pistas esquivas, uno de los sospechosos del asesinato de Jorge López, un conductor de aplicaciones atacado en Florencio Varela, fue finalmente detenido. La captura se dio en las últimas horas en el interior de la Villa 1-11-14, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde el hombre permanecía oculto. Se trata de un hombre de 47 años, sobre quien pesaba una orden de captura por homicidio agravado.

La causa había conmovido a la comunidad local. El 3 de septiembre de 2024, Jorge López fue encontrado agonizando en la intersección de las calles 400 y 449, en Florencio Varela. Tenía heridas graves provocadas durante un asalto en el que le robaron su auto, un Peugeot 308. Aunque alcanzó a ser trasladado al hospital Mi Pueblo, no sobrevivió. La autopsia confirmó que las lesiones eran incompatibles con la vida. Había sido atacado brutalmente y abandonado sobre el asfalto, como un estorbo descartable.

López había salido a trabajar como cualquier otro día. Su rutina como conductor de aplicaciones era su único ingreso, en una economía cada vez más asfixiante. No está claro aún si los atacantes se hicieron pasar por pasajeros o si lo interceptaron directamente, pero el móvil fue claro: el robo del vehículo. Lo golpearon, lo dejaron tirado, y escaparon. El auto apareció más tarde, abandonado.

Desde entonces, la Sub DDI de Florencio Varela trabajó con sigilo. La investigación llevó meses. Se recolectaron testimonios, se analizaron cámaras de seguridad y se revisaron las redes de vínculos del entorno criminal. Tras varios intentos fallidos de captura en la zona sur del conurbano, surgió una pista clave: uno de los prófugos se ocultaba en el corazón de la 1-11-14. Con esa información, el Ministerio Público Fiscal pidió colaboración a la Gendarmería Nacional.

El operativo fue rápido y quirúrgico. Las fuerzas ingresaron a la villa con conocimiento preciso del objetivo fue sorprendido en una vivienda precaria. No ofreció resistencia, pero se encontraba armado. Fue esposado y trasladado para declarar ante la fiscalía interviniente. La causa está a cargo de la UFI especializada en homicidios de Florencio Varela, que continúa trabajando para dar con el segundo sospechoso, aún prófugo.

La fiscalía sostiene que se trató de un robo con violencia extrema y sin posibilidad de defensa para la víctima. Por eso, la figura que se investiga es la de homicidio agravado. La detención podría aportar nuevos datos para reconstruir los minutos previos y posteriores al ataque. Pero hasta que el segundo implicado sea detenido, la historia sigue inconclusa.

El caso de Jorge López no es uno más. En un país donde la informalidad laboral crece y miles de personas arriesgan su vida a diario en trabajos precarios, su muerte exhibe una postal brutal de la inseguridad y la desprotección. Conducía para sostener a su familia y terminó muerto en una calle oscura, víctima de un sistema que no lo cuidó ni en vida ni en muerte.

La investigación sigue su curso. Y la Justicia tiene aún una deuda pendiente: capturar al segundo responsable de este crimen que golpeó a todo un barrio. Porque aunque la calle ya no hable, los hechos todavía gritan.