Epicteto y la vida plena en el estoicismo

La vida es una lucha constante y agonal, en la que cada individuo triunfa o cae vencido, según las aptitudes y fortaleza que posea para soportar a pie firme y sin desmayos las adversidades.

Cultura 15/10/2024
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Por Jaime Veas Oyarzo

La vida es una lucha constante y agonal, en la que cada individuo triunfa o cae vencido, según las aptitudes y fortaleza que posea para soportar a pie firme y sin desmayos las adversidades. Por eso es necesario buscar su mejoramiento en el conocimiento y la superación personal, pues de esta manera podrá hacer frente a los infortunios, la desmesura en las ambiciones y la envidia por los bienes ajenos.

De este modo pensaba en la antigüedad, la corriente filosófica llamada "estoicos". Desdeñaban los honores y riquezas y sufrían serenamente el dolor, considerando que no había que acobardarse ante los males y las dificultades, como la roca que desafía al mar y a pesar de las embestidas del oleaje y las bravías olas permanece firme, una y otra vez, sin ceder terreno.

El más notable exponente de esta corriente de pensamiento fue Epicteto, que vivió  en el siglo I  Ac., bajo el reinado de Nerón...era esclavo y mientras servía a su amo, se dedicó al estudio de la filosofía, que con el correr del tiempo sería situado entre los más grandes pensadores que ha dado la humanidad.

Epicteto enseñaba que el fin de nuestra existencia era ( y es ) la constante superación, la que se consigue, en algunos casos, imitando las acciones virtuosas de personas notables que nos dejaron la lección que podemos ser como ellos, cumpliendo lo mejor posible nuestros deberes, practicando el cultivo de la amistad y no dejándonos arrastrar por las pasiones mezquinas.

No dejó nada escrito, y lo que ha llegado a nosotros se debe a los registros de las lecciones del maestro que registraron sus discípulos en forma de "máximas" memorables y de gran inspiración:

- Ninguna persona es libre si no es dueña de sí misma.

- Si tratas de agradar a todos, acabarás por no agradar a.....nadie.

- Si hay un arte de hablar bien, hay asimismo un arte de escuchar bien.

-  La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidades.

- El deseo y la felicidad no pueden convivir juntos.

-  Cualquiera capaz de hacerte enojar se convierte en tu dueño.

- La felicidad no consiste en adquirir cosas y disfrutarlas, sino en no desear, porque en eso consiste ser libre.

- Lo que perturba a las personas no son las cosas, sino los juicios relativos a las cosas.

- Soy una parte de todo, como la hora es una parte del día.

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