Maru Gandolfo y una consagración en clave latinoamericana

Por Florencia Belén Mogno. 

Durante los últimos años, la industria audiovisual experimentó una transformación profunda a partir del crecimiento de las plataformas digitales y las redes sociales como espacios de producción, difusión y consumo de contenidos. 

En ese escenario, surgieron nuevos lenguajes narrativos que redefinieron la manera de contar historias, acortaron los tiempos de atención y propusieron formatos adaptados a la lógica de la inmediatez. Las microficciones seriadas se consolidaron como una de las expresiones más representativas de ese cambio, logrando una llegada masiva y transversal en distintos países.

En paralelo, el rol de los comunicadores dentro de los medios digitales cobró una relevancia creciente. Así, el cruce entre comunicación y presencia en redes se transformó en una combinación estratégica para quienes lograron adaptarse a los nuevos paradigmas del espectáculo y la industria audiovisual.

En ese marco se destaca Maru Gandolfo, actriz y comunicadora social argentina, nominada en la categoría Revelación de los Premios Martín Fierro Latino 2025. Su reconocimiento estuvo vinculado a su participación en diginovelas —especialmente en Rosa Marchita— y a su desempeño como corresponsal en Chicas Guapas TV, sobre lo cual habló en diálogo con Grupo Mediatres.

Una artista todo terreno 

En principio, ¿qué significó para vos la nominación como Revelación en los Premios Martín Fierro Latino 2025 y cómo recibiste la noticia?

M.G: Este premio, lo que significó para mí, fue un reconocimiento al trabajo que vengo haciendo como corresponsal para Chicas Guapas, y un reconocimiento también para las Diginovelas. Ayuda mucho a visibilizar lo que uno hace cuando no tenés tanta inversión en prensa o no es tan comercial lo que hacés. Estos premios te ayudan a que a otras personas les dé curiosidad, investiguen un poco, ubiquen tu nombre y tu trabajo. Así que para mí la nominación en sí fue un premio. Este año no pude traer la estatuilla, pero fue una luz verde para seguir y seguir en lo que estoy haciendo, siempre buscando la mejora continua. Y sobre cómo recibí la noticia fue increíble. Me puse a gritar y saltar como una loca, que en mi casa nadie entendía nada de lo que me pasaba hasta que les pude explicar.

En ese sentido, las Diginovelas, especialmente Rosa Marchita, te posicionaron a nivel internacional. ¿Qué creés que encontró el público en este formato y en tu trabajo para que explotara de esa manera?

M.G: La verdad que fue un apostar continuo a las Diginovelas. Otras actrices del medio, y más quizás de plataformas como Netflix, o de la televisión o del cine, me decían que no lo haga. Es un código diferente, y eso me atraía. Siempre me gustó en la vida romper paradigmas, y creo que las Diginovelas vinieron a eso y, aparte, a abastecer una necesidad, que era este tema de la gente tiene a la mano una pantalla, que es el celular, y está consumiendo también a través de ahí entretenimiento. Ya no había casi telenovelas en la televisión argentina. Aparte, hay toda una porción de la sociedad que se crió no con televisor sino con el celular como pantalla y como medio de comunicación. Así que creo que todo eso me gustó y después dio sus frutos con este posicionamiento a nivel internacional, tomarme a mí como referente, por lo menos de las Diginovelas en Latinoamérica y en Argentina. Creo que al público le gustó que yo me juegue, lo hice con mucha responsabilidad. Creo que se hacía de una manera más light, no había tanta producción, y yo autogestioné, me autoproduje desde los vestuarios, desde ponerle toda mi experiencia de actuación de años en diferentes escuelas y utilizando también el método, que es una de las formas que yo estudié, el método de Stanislavski ponerlo al servicio de estas Diginovelas sin juzgarlas y hacerlo de la manera más profesional posible, valorándolos como arte, como otra forma de arte donde se expresa la emoción humana.

Sos una de las pioneras en Argentina en trabajar y consolidar el formato de Diginovelas. ¿Qué desafíos y oportunidades encontraste en este tipo de producción?

M.G: El desafío fue la constante duda, porque es como un código muy diferente entre, por lo menos, los ambientes de actuación donde yo me movía. Las redes todavía estaban mal vistas o eran más para instagramers. Los desafíos que encontré fueron encontrar qué tipo de comunicación era, qué tipo de actuación era, porque no hay una escuela. En Estados Unidos ahora sí está empezando a haber, pero no había una escuela que te enseñe puntualmente cómo actuar para este formato. Primero, es un formato vertical, no horizontal. Segundo, tiene un montón de códigos, como por ejemplo utilizar ropa muy llamativa. Las escenas son muy concretas y los gestos tienen que ser muy marcados, porque la gente está consumiendo esto quizás caminando o en la parada del colectivo, y aparte es como muy intenso todo en un minuto. Entonces ese fue uno de los desafíos mayores. Y obviamente que siempre para mí todo desafío es una oportunidad de aprender y mí me encanta aprender cosas nuevas. Así que esto era ideal para mí y desde ahí creo que me enganché. Y también los actores con los que trabajé, que ya venían haciendo eso hace bastante, y la gente de la producción. Les planteé esta forma de trabajar diferente. Había un marcado perfil machista en los guiones y yo también lo cambié, dándolo vuelta a una mujer más empoderada, a una mujer grande. Siempre había como gente más joven por las redes mismas, como que convocaban gente más joven. Así que le puse profesionalismo y, por suerte, el equipo de trabajo se enganchó también. 

Además de tu faceta actoral, tenés un rol destacado en Chicas Guapas TV como corresponsal. ¿Cómo se complementan tu formación en Comunicación Social y tu carrera en los medios?

M.G: Yo empecé en la pandemia. Si bien estudié teatro desde los 11 años, quizás lo tenía más como un hobby y, como carrera profesional en sí, la empecé a partir de la pandemia. Pude hablar con los productores de Estados Unidos comentándoles esto: que yo sentía que ya era grande y que no había empezado de chica a estar en los medios, a mostrarme más y uno de ellos me dijo: “Maru, entonces hacé todo y mostrate en todos tus roles”. Yo soy una persona multifacética, lo fui siempre; y el año pasado, cuando me llegó la propuesta de Chicas Guapas, que me encontré con su fundadora, en Miami, me encantó el proyecto. Me encanta todo lo que comunique empoderamiento hacia la mujer, sobre todo, que va de la mano sin caer en un discurso feminista. Y Chicas Guapas TV es eso: no habla de chicas guapas en el sentido de lindas, sino que es el “guapas” de las mexicanas, de que van al frente y que se juegan por sus sueños. Y encajaba perfecto con mi perfil y con lo que yo había estudiado, que es comunicación social. Así que me encantó volver a estar en contacto con mi rol de periodista, y aparte conocer un montón de mujeres emprendedoras que van para adelante y que son chicas guapas.

Venís de una familia de artistas y vos misma desplegaste un camino multifacético: actuás, bailás, producís. ¿Cómo conviven esas disciplinas en tu crecimiento profesional?

M.G: Hay una imagen de un payaso que tiene varios platitos y que los tiene que ir girando para que ninguno se caiga. Se me viene esa imagen a la cabeza. Cada faceta cada vez pide más pista, Por ejemplo, ahora la producción está pidiendo pista. Acabo de hacer una función en el Niní Marshall, completamente de baile, algo que yo no había hecho y que empecé este año con la gente de Ricky Pashkus y lo continué con una ex alumna de ellos en Zona Norte. Y la producción es algo que me llama; por tantos años de empresaria, creo que es algo natural. La segunda obra de teatro que hice ya la produje yo. Es parte de mí. Y me encantaría poder poner la energía solo en una cosa, pero es parte de mi personalidad ser multifacética también en mi vida: soy madre, soy esposa, actúo. Así que me parece que conviven bien. Trato de que una, por ejemplo la producción, no me elimine las posibilidades de poder actuar o poder estar frente a un escenario, o el contacto con el público, que tanta energía, tanta satisfacción y tanto aprendizaje me da. Pero creo que todavía me quedan un montón de facetas. La dirección, por ejemplo, todavía no la exploré. Así que esto recién empieza. Creo que conviven bien, siempre y cuando yo pueda mantenerlas en un lugar equilibrado y que una no le gane a la otra.

Finalmente, estás pronto a estrenar Sin Ley. ¿Qué podés adelantar sobre la película y sobre tus próximos proyectos?

M.G: Próximos proyectos: se viene una película, Mariposas Negras, con cuatro mujeres mega empoderadas, que la estoy produciendo y también voy a actuar. También voy a trabajar con una gran dirección y producción y un gran elenco. Se viene también una película que estoy escribiendo, porque está la faceta de guionista:, que es una experiencia de un viaje de despedida de soltera que tuve yo, ya de grande, y que fue genial. Lo estamos escribiendo junto a guionistas. Y en teatro continuo con “Paranormales” y después los proyectos que vayan surgiendo: se vienen proyectos de Diginovelas con una empresa americana también. Así que estoy con muchas cosas para hacer y para organizar.

Fuente fotografías: SG Prensa y Difusión.