IA en crisis: entre la “burbuja financiera” y el debate sobre su uso

Un informe del MIT advierte que el 95% de las implementaciones de inteligencia artificial generativa fracasan. Mientras las inversiones se sostienen con lógica de burbuja, el problema de fondo no es tecnológico sino cultural y político: ¿para qué queremos la IA y bajo qué condiciones sociales se la implementa?

Actualidad28/09/2025
NOTA

El 95% de los proyectos de inteligencia artificial generativa no funcionan como se prometía. El dato, publicado por el MIT, es un golpe de realidad frente a la narrativa triunfalista que acompañó la explosión de la IA en los últimos cinco años. 

 

Detrás del marketing que presenta a la IA como la panacea de todos los problemas, las empresas acumulan pérdidas, despidos masivos y promesas incumplidas. Scale AI, Meta o Microsoft ajustan plantillas mientras sostienen inversiones millonarias. El resultado es conocido: una atmósfera de burbuja, parecida a un esquema Ponzi, donde el capital especulativo sostiene expectativas que aún no encuentran retorno concreto.

 

Pero aquí está la clave: la tecnología no retrocede. La historia de las fuerzas productivas muestra que, incluso en medio de crisis empresariales, lo que queda es la técnica. La electricidad, Internet o la biotecnología tuvieron trayectorias de boom y colapso financiero, pero nunca volvieron atrás. La IA seguirá ese camino: se desinflarán empresas, se concentrarán actores y se reconfigurarán mercados. La pregunta no es si la IA “funciona” o “fracasa”. La verdadera discusión es cultural y política: ¿qué queremos hacer con ella?

 

El trabajo en el centro

 

La IA ya está reconfigurando el empleo global. Un estudio de Goldman Sachs estimó en 2023 que hasta 300 millones de puestos de trabajo en el mundo podrían ser automatizados total o parcialmente

 

En la Argentina, el impacto se siente doblemente: en un mercado laboral ya castigado por la informalidad y el subempleo, la incorporación de IA en bancos, aseguradoras o cadenas comerciales amenaza tareas rutinarias. Según datos del INDEC, más del 40% de la fuerza de trabajo ocupa empleos de baja calificación que podrían ser reemplazados por automatización en el corto plazo. El riesgo no es abstracto: es la vida cotidiana de millones que dependen de salarios ajustados y consumos mínimos.

 

Cultura, poder y tecnología

 

La fascinación con la IA repite un patrón histórico: como en la Revolución Industrial, la promesa de eficiencia se combina con la amenaza de exclusión. Pero hay una diferencia crucial: hoy la IA se despliega en un contexto de concentración tecnológica global. El dinero inteligente está en manos de cinco corporaciones —Meta, Google, Microsoft, Amazon y OpenAI— que definen el rumbo de la innovación según sus intereses. No hay “neutralidad técnica”: lo que está en juego es quién controla la herramienta.

 

El filósofo canadiense Nick Srnicek ya advertía en Platform Capitalism que el poder de las plataformas no reside solo en sus productos, sino en su capacidad de organizar mercados y moldear conductas. La IA sigue esa lógica: no es solo un software, es una infraestructura cultural que reordena cómo trabajamos, aprendemos y nos comunicamos. 

 

¿Queremos una IA que expulse trabajadores y concentre ganancias en Silicon Valley, o una IA que potencie la educación, la salud y la producción local? Esa es la discusión política y cultural. El capital global ya decidió: la IA llegó para quedarse. La tarea de las sociedades es democratizarla, regularla y adaptarla a sus formas de vida.

 

En lugar de esperar un colapso de la burbuja, el desafío es organizar estrategias colectivas. Políticas públicas que protejan empleo y estimulen usos sociales de la IA.  La historia muestra que las tecnologías disruptivas siempre avanzan, pero el modo en que se integran depende de las luchas sociales. La electricidad, el ferrocarril o Internet fueron batallas culturales antes que técnicas. Lo mismo ocurrirá con la IA.

Te puede interesar
NOTA

Inocencia Fiscal: alivio discursivo y castigo a las pymes

Actualidad23/12/2025

El Gobierno impulsa una ley para atraer dólares no declarados mientras multiplica hasta 110.000% las multas automáticas que recaen sobre pequeñas y medianas empresas. Una estrategia fiscalista que ajusta por el eslabón más débil del entramado productivo.

NOTA

La carne alcanza subas históricas y tensiona el consumo

Actualidad23/12/2025

El precio del ganado alcanzó en noviembre su mayor valor relativo en quince años y trasladó presión a la góndola. La suba convive con una oferta limitada, menor faena y un consumo interno que repunta no por ingresos, sino por el retroceso de las exportaciones. Por otro lado, todo obedecería a una estrategia de recomposición de ganancias del sector.

NOTA E COMMERCE

Compras inteligentes: la IA redefine el ecommerce argentino

Actualidad21/12/2025

La incorporación de inteligencia artificial acelera un cambio profundo en el comercio electrónico local. Ocho de cada diez compradores muestran interés en herramientas basadas en IA y las MiPymes avanzan en su adopción para competir, personalizar y sostener ventas en un mercado digital cada vez más exigente.

Lo más visto
NOTA

Inocencia Fiscal: alivio discursivo y castigo a las pymes

Actualidad23/12/2025

El Gobierno impulsa una ley para atraer dólares no declarados mientras multiplica hasta 110.000% las multas automáticas que recaen sobre pequeñas y medianas empresas. Una estrategia fiscalista que ajusta por el eslabón más débil del entramado productivo.

NOTA

La soledad según los algoritmos

Cultura 23/12/2025

Vivimos hiperconectados, pero cada vez más solos. En la era del “me gusta” sin mirada y del abrazo reemplazado por emoji, la tecnología promete compañía, pero fabrica distancia. La cultura entera parece buscar —desesperada— un nuevo modo de encontrarse.