De Novelli a Milei: el frente caliente de $LIBRA

El empresario Mauricio Novelli quedó en el centro de la tormenta: recibió US$180.000 de Julian Peh, CEO de KIP, y participó de reuniones oficiales con el Presidente. Las transferencias cripto, las cajas de seguridad vaciadas y los vínculos previos preocupan en Washington y Tel Aviv.

Política01/10/2025
NOTA

En la política, los frentes calientes no suelen elegir su momento. A Javier Milei le explotó uno que viene con acento asiático, billeteras cripto y olor a estafa global. El caso $LIBRA no es solo una mancha de mercado: involucra transferencias millonarias, fondos difíciles de rastrear y nombres que estuvieron demasiado cerca del Presidente como para ignorarlos.

 

Mauricio Novelli, empresario argentino que ya había jugado en el terreno de las criptos con un token llamado Vulcano —que terminó en denuncias de estafa—, vuelve a escena como figura central. Esta vez, con la criptomoneda $LIBRA, lanzada en febrero pasado con promesas de innovación financiera y final de película: desplome de valor, inversores estafados en Argentina, Estados Unidos y hasta fondos con capitales israelíes.

 

La pista más jugosa la aportó Binance: confirmó ante una comisión de Diputados que en diciembre de 2024 Novelli recibió US$180.000 en cripto de parte de Julian Peh, CEO de la empresa KIP. El movimiento, a través de una billetera anónima y triangulado por Seychelles, engrosó el “pool de liquidez” de $LIBRA justo antes del lanzamiento, inflando su cotización para vender caro y desaparecer. El manual clásico del pump & dump, pero con nombres propios y oficinas en Balcarce 50.

 

Porque Novelli no era un outsider. Era, al menos hasta fines de 2024, representante oficial de KIP en Argentina. La Oficina del Presidente lo reconoció así y hasta compartió con él reuniones formales: en octubre, durante el TechForum, Milei posó junto a Novelli y Peh como si fueran parte del mismo equipo. Y en noviembre, Novelli entró tres veces a la Casa Rosada; la última, apenas diez días antes de recibir los 180 mil verdes en su billetera. No fue solo lobby: fue cercanía política.

 

La historia suma capas de intriga cuando aparece Hayden Davis, otro de los impulsores de $LIBRA. Davis también se reunió con Milei en enero de este año, donde el Presidente lo presentó como “asesor en blockchain e inteligencia artificial”. Minutos después, Davis giró medio millón de dólares a un destinatario todavía sin identificar. Coincidencia o no, las fechas de esas transferencias calzan con movimientos de Novelli en cajas de seguridad que fueron vaciadas casi al mismo tiempo que estallaba el escándalo.

 

Todo esto sería apenas otro caso de empresarios oportunistas jugando con criptos si no fuese porque Novelli tiene historia con Milei. Antes de que llegara a la Casa Rosada, el libertario daba charlas en la academia de trading de Novelli, y su Instagram fue auspiciado por las empresas del mismo hombre que hoy figura en el corazón de la criptoestafa. Milei no solo lo conocía: trabajó con él.

La estafa perjudicó a pequeños ahorristas locales, sí. 

 

Pero también a fondos norteamericanos y capitales israelíes, actores que no suelen mirar para otro lado. Ahí está la dimensión política del caso: no se trata de un grupito de inversores enojados en Telegram, sino de jugadores con llegada a cancillerías y reguladores internacionales.

 

El caso $LIBRA es un déjà vu de manual: promesas de libertad financiera, inversores estafados, empresarios que desaparecen y un Presidente que asegura no saber nada… justo cuando las pruebas muestran lo contrario. Milei, que se construyó como cruzado contra la casta y el curro estatal, hoy enfrenta un escándalo que no nace en el Estado sino en su propio ecosistema: charlas pagas, vínculos previos y fotos incómodas con empresarios que terminan con causas judiciales.

 

 

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