Berazategui suma un nuevo Centro Juvenil

En articulación con la Provincia, el municipio firmó un convenio para integrar un nuevo espacio destinado a jóvenes de 14 a 29 años. La propuesta se suma a una red provincial de acompañamiento territorial que ya alcanza a más de 17 mil pibes y pibas.

Región22/07/2025
NOTA

En un barrio de Berazategui, en el corazón de la vida cotidiana, la juventud no es una estadística: es presente, deseo, preguntas, proyectos. Por eso, la incorporación de un nuevo Centro Juvenil en el distrito no es una firma más: es una apuesta política que ancla en el territorio, en los cuerpos reales, en los talleres donde los pibes crean, hablan, se organizan.

El acuerdo, firmado entre el municipio y el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, integra al Centro Cultural “La Calle” como espacio de referencia para las juventudes. Allí ya se venía trabajando con talleres, actividades y propuestas comunitarias. Ahora se fortalece ese trabajo bajo el paraguas del programa provincial que promueve la integración, la inclusión y la construcción de lazos sociales sostenidos en tiempo y afecto.

Berazategui se suma así a una red que ya abarca más de 430 espacios de este tipo en toda la provincia, una trama que acompaña a más de 17 mil jóvenes con propuestas educativas, culturales, deportivas y de orientación laboral. Lejos del asistencialismo, estos Centros Juveniles son lugares donde se construye sentido de pertenencia, donde se habla de vocación, de adicciones, de salud, de género, de proyectos de vida.

 

Un centro, muchos mundos posibles

El nuevo espacio en Berazategui no cae del cielo. Es el resultado de un Estado presente que articula con organizaciones y gobiernos locales, que escucha, que entiende que la juventud no se “atiende”, se acompaña. Y que ese acompañamiento tiene que estar donde está el problema, pero también donde está la potencia.

Los Centros Juveniles no son clubes ni oficinas. Son lugares donde pasan cosas que no pasan en otros lados. Un taller de rap puede abrir la puerta a un proyecto de comunicación comunitaria. Una charla de salud sexual puede cambiar una decisión de vida. Un espacio de encuentro puede evitar que un pibe quede solo frente a la violencia, la pobreza o la exclusión. “Donde hay un pibe con una pregunta, tiene que haber un adulto con tiempo”, dicen quienes sostienen estos espacios todos los días.

Además del convenio en Berazategui, esta semana se realizó un encuentro entre directores y referentes de estos centros en distintas zonas del conurbano. Allí se ratificó el rumbo: seguir construyendo comunidad con los pibes adentro, no como problema, sino como protagonistas. Se reafirmó la necesidad de tejer redes, de compartir experiencias, de no soltar la mano. De entender que cada joven que entra al centro es una historia que puede cambiar.

En un tiempo donde se recortan derechos y se demoniza la juventud, abrir un Centro Juvenil es una declaración política de amor al futuro. En Berazategui, como en tantos distritos bonaerenses, se sigue apostando a que el Estado no llegue cuando ya es tarde, sino cuando todavía hay preguntas, ganas, heridas abiertas, pero también fuerza para inventarse otra vida.

Porque si algo enseña el conurbano es que la dignidad no se mendiga: se construye. Y en cada taller, en cada ronda, en cada abrazo entre un pibe y una educadora popular, hay un país que no se rinde, que no especula, que hace comunidad con lo que tiene: coraje, memoria y deseo de transformar.

 

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