Cuando el juego es cacería: los riesgos de Roblox sin cuidado

Roblox, una de las plataformas más populares entre niños y niñas, combina imaginación, conexión y peligro. Su éxito muestra cómo cambió la forma de jugar, pero también revela la fragilidad de la infancia digital: ¿cómo acompañar sin invadir, proteger sin asustar?

Actualidad05/11/2025
NOTA

En la infancia de hoy, el recreo no siempre se juega en el patio. A veces se juega en un servidor. Roblox es el nuevo “afuera” de millones de chicos: un espacio donde se construyen mundos, se crean personajes, se comparten logros. Allí se juega, se aprende y también —cada vez más— se expone. Detrás de sus colores brillantes y sus universos infinitos, el juego se volvió territorio de riesgo y de deseo, de creatividad y de manipulación.

La plataforma, con más de 111 millones de usuarios diarios —casi el 40% menores de 13 años—, funciona como una red social con apariencia de videojuego. Los niños programan, diseñan, conversan y comparten. Lo que antes se aprendía con plastilina y cartón, hoy se ensaya con código. Pero el entorno no es inocente. En los últimos meses, Roblox fue denunciado por casos de grooming en Argentina, Estados Unidos y Europa, acusada de no garantizar medidas de seguridad suficientes.

“Siempre que hablo con familias, me sorprende la naturalidad con que los chicos cuentan cómo crackean el juego o compran monedas virtuales”, explica Alejandra Lavore Bourg, ingeniera y especialista en ciberseguridad del Consejo Profesional de Ciencias Informáticas. “Roblox fomenta la creatividad, pero también abre la puerta a que un desconocido se acerque con una sonrisa digital”.

 

La infancia que habita el riesgo

Las infancias de hoy viven en una tensión constante: quieren autonomía, pero están hiperconectadas. No piden permiso para entrar en un juego; piden Wi-Fi. Y esa frontera difusa entre libertad y vulnerabilidad convierte cada chat en un posible atajo hacia el peligro.

Los groomers —adultos que buscan manipular y abusar de menores a través de la red— usan la misma gramática del juego: amistad, regalos, secretos, confianza. “Empiezan con monedas o accesorios, después pasan a charlas más personales y terminan llevando la conversación a WhatsApp o redes sociales”, explica Lavore Bourg. En Río Negro, un niño de nueve años fue contactado con la promesa de monedas virtuales a cambio de fotos. En Santa Fe, varias niñas fueron trasladadas a grupos con contenido sexual.

No es un fenómeno aislado: es el reflejo de una época donde la conexión reemplazó al contacto y la intimidad se volvió un dato compartible. Los niños nacieron en línea. El peligro no está en el dispositivo, sino en la ausencia del adulto que acompañe a interpretarlo.

Cuando el juego se vuelve adicción

Más allá del delito, los juegos de ritmo constante generan otro tipo de dependencia: la emocional. La lógica del desafío infinito —nuevas misiones, recompensas, vidas extra— produce en los chicos una ansiedad de conexión permanente.

“Les cuesta desconectarse sin sentir angustia. El juego los premia por quedarse y los castiga si se van”, explican los especialistas. El resultado: una infancia con acceso a mundos ilimitados, pero cada vez menos capaz de aburrirse, de estar en pausa, de imaginar sin estímulos externos.

Roblox no inventó este modelo: lo perfeccionó. Porque se vende como comunidad, pero funciona como economía de la atención. Y los usuarios, antes que jugadores, son productores de contenido y consumidores de tiempo.

 

Supervisar, acompañar, dialogar

El debate no es prohibir, sino aprender a estar presentes. “No se trata de hablar mal del juego —aclara Lavore Bourg—. La mejor protección no está en el control, sino en la confianza: hablar con ellos antes de que lo haga un desconocido puede marcar la diferencia.” Acompañar no significa vigilar la pantalla, sino entender el lenguaje que habitan.

Preguntarles qué construyeron, quiénes son sus amigos virtuales, qué los hace reír o enojarse. La alfabetización digital no es enseñar a usar el teclado; es enseñar a reconocer los límites de la intimidad, del consentimiento, del silencio.

Las instituciones educativas y los espacios comunitarios también tienen un rol: convertir la tecnología en un tema de conversación colectiva, no en un asunto doméstico. La infancia digital necesita adultos que pregunten, no algoritmos que filtren.

Roblox, con su promesa de mundos infinitos, muestra algo más profundo que un juego: una infancia que ya no distingue entre lo real y lo virtual, pero que sigue necesitando lo mismo de siempre: un adulto que la mire con amor y cuidado. La supervisión no es desconfianza, es presencia.

Porque, en el fondo, proteger no es desconectar: es acompañar para que los chicos puedan seguir jugando sin que nadie les robe el juego.

Te puede interesar
NOTA

Cinco millones de hectáreas bajo agua en el Provincia

Actualidad05/11/2025

La campaña gruesa (soja y maíz) está virtualmente detenida, los caminos rurales se volvieron lodazales y los tambos recorren el triple para sacar la leche. No son terratenientes: son chacareros, cooperativas y pequeñas industrias lácteas que hoy ven perder todo.

NOTA

Mirtha Legrand se retira de la TV pero con glamour

Actualidad03/11/2025

A los 98 años, Mirtha Legrand prepara su último ciclo televisivo desde Mar del Plata. Después de más de medio siglo frente a cámara, “La Chiqui” cierra una era dorada de la cultura argentina. Pero su despedida no tiene tono crepuscular: es puro glitter, memoria y deseo de seguir viendo renacer al país que amó desde su mesa.

NOTA

El préstamo de EEUU a la Argentina empantanado

Actualidad03/11/2025

El paquete financiero de USD 40.000 millones anunciado entre Milei y Trump sigue sin completarse. El tramo bancario privado exige garantías más duras y el Tesoro norteamericano discute su exposición. En el FMI crece la inquietud: temen que el rescate bilateral priorice a Wall Street y altere el orden de pagos del Fondo.

Lo más visto
Captura de pantalla 2025-11-03 181222

Festival Esperanza 2025: Franklin Graham con mensaje de unión y solidaridad

Actualidad03/11/2025

El 7 y 8 de noviembre, el Estadio José Amalfitani se convertirá en epicentro de un encuentro multitudinario que combina arte, fe y acción social. Con la presencia del predicador Franklin Graham y artistas internacionales, el Festival Esperanza Buenos Aires reunirá a más de dos mil iglesias y miles de voluntarios que ya trabajan en tareas solidarias en la Ciudad y el Conurbano.

NOTA

Mirtha Legrand se retira de la TV pero con glamour

Actualidad03/11/2025

A los 98 años, Mirtha Legrand prepara su último ciclo televisivo desde Mar del Plata. Después de más de medio siglo frente a cámara, “La Chiqui” cierra una era dorada de la cultura argentina. Pero su despedida no tiene tono crepuscular: es puro glitter, memoria y deseo de seguir viendo renacer al país que amó desde su mesa.