Quilmes: denuncian violencia en torneo barrial de fútbol

Por Vanina Sosa

Cuando la esencia se pierde y la oportunidad hace…

En el corazón de un barrio donde los clubes solían ser refugio y pertenencia, crece una bronca silenciosa que ya nadie disimula. Lo que alguna vez fue un espacio comunitario hoy genera más conflictos que alegrías. 

“No tenemos problemas con los partidos, pero todo el tiempo es quilombo y piñas”, dice un vecino que ya no deja salir a sus hijos solo cuando hay fecha. Las peleas en la puerta, el ruido hasta tarde y la sensación de que “ya no es de todos” se suman a una lista de reclamos que apunta contra la actual conducción del club. 

Según denuncian los vecinos, no hay transparencia sobre la plata que entra por entradas los días de partido, no permiten nuevas asociaciones y estarían en deuda con la documentación que exige Personería Jurídica. A eso se suma que las familias deben poner de su bolsillo camisetas, trofeos y hasta las pelotas para que los chicos puedan entrenar y competir. Un entramado que, lejos de fortalecer lo colectivo, empuja a muchos a mirar para otro lado o resignarse.

Sin embargo, desde Relaciones Institucionales de la Municipalidad de Quilmes, quienes deberían estar del lado de los padres y vecinos, solo actuaron con indiferencia ante los reclamos. Entonces, la pregunta es: ¿para quién juegan las autoridades?

"Hace 7 meses nos empezamos a dar cuenta que el club no iba ni para atrás ni para adelante. Yo soy un viejo colaborador y fundador del club. Nos da mucha lástima cómo se está desvalorizando el predio. Hoy hay menos chicos y siempre que hay torneos de fútbol termina todo en escándalo", relató otro de los vecinos.

Una barriada humilde que quiere participar

“El Emporio del Tanque” o simplemente “El Emporio” es una barriada humilde al oeste de Quilmes, en ese Conurbano que muchas veces duele y que ahora está mucho más golpeado por una política nacional que solo entiende de ajuste. En eso las gestiones locales tienen la obligación de sostener las instituciones de barrio comunitarias y participativas algo que para los vecinos no se cumple en Caacupé. 

"Pedimos una reunión con Relaciones Institucionales para que nos den una colaboración. Solo estiraron los plazos y, cuando logramos reunirnos, nos sacaron a relucir un estatuto de hace mucho tiempo donde nos quitan la posibilidad de hacernos socios", añadió el vecino, quien aseguró que el lugar no tiene socios, sino que solo cuenta con un grupo reducido de asociados allegados a las personas que están a cargo del club.

Por su parte, Romina, la mamá de un nene que participa del club desde hace 3 años, explicó: "De los años que estoy, jamás se abrió el libro de socios. Desde el 21 de noviembre de 2018 nos presentamos a Relaciones Institucionales a contar lo que sucedía. Al principio, fueron llevando el caso durante 7 meses y luego no hicieron más nada".

Según se supo, los vecinos tuvieron varias reuniones con los responsables de la cartera de Institucionales. "A nosotros nos interesa tener todo en regla, es por el bien de los chicos", aseguraron los vecinos, quienes no se dan por vencidos y esperan llegar a las máximas autoridades del municipio para solucionar este problema que preocupa a todos.

Los chicos merecen formar parte de un club a cargo de personas responsables, que lleven adelante el lugar como corresponde: en buenas condiciones y en regla. Que los intereses políticos no interfieran en los derechos de los vecinos.

Lamentablemente, los torneos de fútbol que se realizan a menudo terminan a las piñas, y esto provoca que los chicos que quieran asociarse al club no puedan hacerlo porque prevalece otro negocio. Los menores de edad quedan a un lado, y el esfuerzo de los padres porque sus hijos crezcan en el club de barrio se ve trunco una vez más. Una problemática social que está en auge y que merece una respuesta por parte de los gobernantes.