Llavallol: Hace 118 años autorizaban el establecimiento de la cervecería Bieckert

El municipio de Lomas de Zamora por ordenanza concedió a esta empresa funcionar en Llavallol. Una espumosa historia. Fue la primera gran empresa en instalarse en el país con más de 2 mil empleados y una producción inigualable en el mundo.

Cultura 08/01/2024
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Por Federico Gastón Guerra

Rafael Jijena Sánchez, en su poema “Memoria de Turdera” pinta en palabras su pasar por la pequeña ciudad naciente: “Desde las casas se divisaban la chimenea de la Bieckert de Llavallol y las cúpulas del Hospital Español (…). Cada 21 de septiembre, para mi cumpleaños, / llegaban los amigos, escritores o no; / y eran pintorescos, tiernos y bulliciosos/ verlos rodear a mi madre; los Tallón, los González Tuñón/ Tálice, Arias Duval, / Casal Castel, Xul Solar, / Julio Sánchez Gardel y otros.” Aquello era por 1930, y entre tanta bohemia y aires de cultura, asomaba en la planicie aquella gran fábrica de cerveza que la municipalidad de Lomas de Zamora autorizó a instalarse en Llavallol en 1906. 

La historia de esta industria cervecera comienza con la llegada de Emilio Bieckert en 1855, descendiente de una familia cervecera de Barr, en el alto Rhin, cercana a Estrasburgo (Alsacia). En el viaje a la Argentina se desempeñó como mozo a bordo. Ya en 1860 comenzó a probar suerte con la fabricación de esta bebida instalando sus negocios en Buenos Aires con marcado éxito. 

Tanto fue así que logró adquirir un terreno importante en 1866 que era propiedad de una familia de apellido Riglos. El solar estaba ubicado frente a la actual estación ferroviaria de Retiro, en el triángulo que comprenden las calles Esmeralda, Juncal y Libertador (antes paseo de Julio). “Cuando inauguró el Jardín era un empresario de prestigio, con 38 vigorosos años.

Todos los días se levantaba a las cuatro de la mañana y a las seis comenzaba la jornada fabril por espacio de doce horas”, detalla Daniel Balmaceda en su libro “Historias de la Belle Époque Argentina”.  “(…) la empresa –agrega Balmaceda– se nutrió de seiscientos empleados que producían un promedio de 42.000 litros por jornada. Al respecto, comentó La Tribuna en 1877: ‘Antes de trasponer los umbrales de la cervecería Bieckert creíamos que Buenos Aires estaba aún en la infancia industrial; después de salir de ella, llevamos el conocimiento de que, si bien puede haber en otros países establecimientos del mismo género de mayor magnitud, no los hay ni mejor instalados, ni más bien dirigidos’”.

Con el paso de los años, la empresa opta por empezar una mudanza a Llavallol. Y es 1906 que por ordenanza 177 se concede a la S.A. Cervecera Bieckert Ltda. la autorización para establecer una fábrica en la sección Llavallol, exonerándola por quince años de todo impuesto municipal y cobrando $ 500 por derechos de edificación, afirma el Instituto Histórico Municipal de Lomas de Zamora en sus Efemérides lomenses. 

“Antes de esta nueva instalación, Emilio Bieckert había logrado premios y el reconocimiento de su producto incluso en su añorada patria, ya que en Alemania la compararían con la Pilsen. Además, fue quien en introdujo los caballos percherones para tirar de los carros de cerveza. Y quien financió la construcción del exquisito Teatro Odeón de Buenos Aires”, escribió el historiador Daniel Balmaceda. 

Bajo el título “Cerveza Bieckert: la primera fábrica cervecera del país funcionó en Llavallol”, Mario Pedernera (66), subdelegado de Llavallol Sur, relató al diario LA UNION que " (la cervecería) a principios de 1900 compró un espacio en Llavallol y mudó la fábrica para ya instalarse definitivamente en Lomas, en 1908". 

Pedernera precisó: "La cervecería, en su temporada alta durante el verano, llegaba a tener más de 2 mil empleados: había carpinteros, jardineros, ingenieros y maestros cerveceros, muchos de ellos alemanes que vivían en Llavallol. Es por eso que la primera gran empresa de cerveza estuvo en Lomas". 

Allí realizaba la cerveza estilo pilsen, premium, negra bock y hasta una edición limitada llamada "Llavallol", de etiqueta roja y dorada, se lee en LA UNION. Incluso en el sitio Wikipedia se lee que “en los años ‘60, la cerveza Bieckert se convirtió en la primera en venderse en latas en Argentina”. 

Era tal la afluencia de obreros a la fábrica que funcionó una línea de tranvía que se desplazaba desde “la calle Seguí, cerca de la estación Adrogué, hasta la cervecería Bieckert, en Llavallol, ya en 1912, con el objetivo de trasladar a los trabajadores de la empresa”, indica el portal todoadrogue.

Incluso, la cervecería marcó un patrón para Llavallol ya que tuvo influencia en el funcionamiento educativo, social y cultural de la ciudad: edificó las instalaciones de la Escuela Primaria Nº4, conocida como Bieckert, y el Teatro Cosmopolita, cercano a la estación ferroviaria.

Ya sobre la década de 1990 la empresa tuvo nuevos destinos comerciales hasta apagarse definitivamente. Aún se observan las instalaciones casi abandonadas, muy lejos de ese esplendor que cuenta el vecino Alberto Guerra quien narra cuando “con mis papás pasábamos por la avenida Antártida Argentina y se veían muy largas colas de camiones para cargar o descargar materias primas”.

“Y ni hablar de esas pilas y pilas de cajones que asomaban repletas de botellas oscuros de cerveza. Eran un clásico, por sobre todo de las fiestas y de cada verano”, suspira con nostalgia el vecino.  

Con una mirada que se posa, aún más atrás en el tiempo, es Balmaceda quien recuerda en su artículo histórico Jardín Cervecero que “Emilio Bieckert luego de treinta años de crecimiento cervecero, regresó a Francia y se radicó junto con su mujer Simone en Niza”.

“La empresa quedó en manos de un directorio, entre quienes figuraba el futuro presidente Carlos Pellegrini”, y concluye el investigador que “Emilio Bieckert murió en 1913 a los 76 años, tras una reconfortante secuencia de éxitos comerciales y sueños cumplidos”.

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